Black Label es un whisky escocés de mezcla, conocido por su sabor robusto y su perfil equilibrado. Elaborado por Johnnie Walker, combina una variedad de malts y granos seleccionados que le confieren notas de frutas secas, especias y un toque de ahumado. Su envejecimiento en barricas de roble aporta profundidad y suavidad, haciéndolo ideal para disfrutar solo o en cócteles.